Luego de trabajar en los apuntes de toxicología durante el año,
podemos decir que las sustancias adictivas que dañan el cuerpo humano están al
alcance de nuestras manos a menudo, y los adolecentes somos muy propensos a consumirlas
ya que por curiosidad, o en búsqueda de solución a problemas, podemos llegar a
probar dichas sustancias, y con el tiempo convertirse en adictos. Ellas
perjudican gravemente nuestra salud, y la debilidad de ésta edad frente al
consumo de sustancias adictivas legales o ilegales es amplia. Por eso lo mejor
es educar tanto en la familia como en las escuelas de los riesgos que se corren
al consumir sustancias, y las secuelas o repercusiones que quedan tras el
consumo de las mismas.
Hay adicciones legales,
como lo son el tabaco y el alcohol, que generan la mayor cantidad de los
problemas sanitarios, y existen sustancias ilegales, como son la marihuana, la
cocaína , el hachís y sus derivados, ácidos, etc. Muchos piensan que éstas
segundas son las mas peligrosas, pero las primeras también son muy peligrosas
pero a largo plazo.
Respecto a las
Enfermedades de Transmisión Sexual, podemos percibir que es mucho mayor el riesgo de contraerlas
siendo promiscuo, no usando protección y teniendo relaciones a temprana edad. .
Las enfermedades más conocidas son la sífilis, la gonorrea, el herpes genital y
el SIDA. Algunas de las enfermedades son curables, pero hay otras que son
incurables y por eso es que son temidas por muchos, como es el caso del SIDA,
el cual ataca el sistema inmune del ser humano, especialmente a los linfocitos
T4, por lo que las defensas disminuyen y cualquier agente extraño ataca
directamente al organismo.
Desde la familia se
puede educar a los jóvenes para que sepan cómo actuar ante una situación de
riesgo, y qué hacer ante algunas situaciones, para evitar un contagio de
enfermedades venéreas, ya que éstas son muy comunes en la actualidad y se
propagan cada vez con mayor facilidad. En la escuela debería haber una
educación sexual que nos informe sobre estos temas, pero desde una edad menor,
así desde chicos se nos informan bien los riesgos que corremos al mantener
relaciones con extraños, o con personas que hayan mantenido relaciones con
extraños.
En conclusión, es mejor
educar desde las escuelas y las familias a los jóvenes para que ante cualquier
situación que pueda implicar un riesgo, sepan decir NO.